Silenciosa la vida va pasando,
a veces
de los errores se aprende y tantas otras veces, no.
Sé que la muerte no es una
posibilidad lejana
sino la negación de la vida misma siempre inminente.
Pero existe una carencia como negación
de la completitud,
característica intrínseca nuestra,
del tú y del yo
que
no niega que sí nos podemos amar.
Así, la existencia es más negación de
negaciones
y está estructurada de imperfecciones.
En realidad no somos sino
seres imperfectos
haciendo un perenne camino de búsqueda de sentido.
"Perenne camino de búsqueda de sentido",
año que con otro año se
desplaza
y trae el gozo único, quizá el más importante,
de saber que algo pasó
y algo vendrá
en la fugacidad odiosa del propio presente.
Y es que así es,
"año que con otro año se desplaza",
ayer me tocó a mí, hoy te toca a
ti.
Pero si hay algo que nos une y nos hace iguales a los dos,
es que juntos
vamos haciendo aquel
"perenne camino de búsqueda de sentido",
tú del Tú
y yo del Yo,
hasta ver que nos encontremos inmersos,
viviendo quizá sin saber,
aquel
eterno “nosotros” ya irreductible al odioso presente,
para dar paso a una eterna fusión de tiempo,
en donde todas esferas están abiertas,
aunque
silenciosa la vida vaya pasando...
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