Ante aquella filosofía que postula la superación del abordaje
de la Identidad latinoamericana desde
el Mestizaje cultural, postulo las siguientes
dos interpretaciones del concepto dialéctica,
que pueden ayudar a pensar la identidad latinoamericana, sin caer en una
filosofía universalista que pudiera degenerar finalmente en una fagocitación
cultural.
Rechazamos la idea
de superación del abordaje de la propia cultura pues resulta una gran simplificación
de una realidad mucho más ininteligible cuanto más se la generaliza. Y asumimos
la realidad como algo complejo, que no percibimos nunca del todo[1].
Por
eso, entendemos el mestizaje cultural como un proceso dialéctico constante. Esto es, una realidad dinámica, no
estancada en sí misma sino que ilumina las otras culturas desde su propio
conocimiento, con características generadoras y generantes de diversidad.
Esta
dialogicidad hace del mestizaje
cultural una realidad abierta al otro, a lo otro, pues ella misma es fruto de
la fecundidad del diálogo que se ha dado entre culturas. Así, la alteridad no
es extraña a ella y la proposición de un sujeto ético[2],
que responde a la interpelación del otro, se da un su misma circunstancia de
necesidad de diálogo. Este es un aporte fundamental del pensamiento
latinoamericano al conocimiento universal, pues lejos de surgir una idea a posteriori por necesidad humana de
responsabilidad y/o igualdad como aquella que llevó a los europeos a pensar
después de la Segunda Guerra Mundial, surge ella misma (el mestizaje cultural) como
realidad concreta en la misma L.A. y es
necesario conocerla para valorar su aporte.
Por
otro lado, entendemos la dialéctica en un sentido más aproximado al concepto
propiamente hegeliano, dado que, históricamente podemos comprobar estas
dialécticas, todas ellas engendradas desde una plataforma de asimetría de
poder:
a) Varón-mujer
b) Amo-esclavo
c) Cristiano-pagano
d) Español-indígena
e) Colonizador-colonizado
Empero,
el mestizaje no es fruto de la asimetría simplemente sino de la fusión que ya
se da entre el europeo y el indígena y que supera inmediatamente lo puramente
racial.
El
mestizaje cultural es realidad de nuestros pueblos, no universal, aunque
asumimos que la gran mayoría de las culturas, sobre todo las europeas, son a su
vez, mestizaje de mestizajes que se han dado a lo largo de los siglos.
Ahora
bien, la universalidad a la que se hace referencia desemboca inexorablemente en
fagocitación de otras culturas puesto
que acaba en una globalización violenta que subsume todas las demás culturas,
fruto al cual luego se le llama: identidad
universal.
Por
lo tanto, el mestizaje cultural, entendido como una clave de interpretación de
nuestra identidad latinoamericana, desde los presupuestos ya mencionados, es
una globalización alternativa a la globalización totalizante, pues parte de la
realidad del otro como libre y que se
me revela como tal y se abre a la diversidad como riqueza cultural universal.
en estos tiempos de globalización creo sumamente importante reflexionar acerca de estos temas
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